NADA QUE ENVIDIARLE A WYNWOOD: BARES CON MURALES INCREÍBLES EN BUENOS AIRES (PRIMERA ENTREGA) / POR LUCÍA BARTOLOMÉ

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La barra del buena onda bar Pollo Gómez de Nuñez rodeada de paredes «selváticas»
 

NADA QUE ENVIDIARLE A WYNWOOD: BARES CON MURALES INCREÍBLES EN BUENOS AIRES (PRIMERA ENTREGA) / POR LUCÍA BARTOLOMÉ (TEXTO Y FOTOS).

Seguramente tu Instagram está explotado de fotos de las Wynwood Walls en Miami. Pero, ¿sabías que Buenos Aires está repleta de rincones con murales que no tienen nada que envidiarle? Y no solo eso. Te damos un plus para contarte los bares decorados con murales a los que tenes que ir. Mientras disfrutas de una cerveza tus sentidos se deleitan con el arte alrededor. Seleccionamos ocho bares con muy buen arte, en esta primera entrega van cuatro.

1) DESARMADERO BAR: ARTE DE UN PREMIO GUINNES QUE DESLUMBRA CON SUS MURALES ENORMES (Y TRECE CANILLAS CERVECERAS MÁS EL TOQUE MUSICAL DE SRZ) / GORRITI 4295 – PALERMO VIEJO

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El 25 de mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires acontecía la Revolución de mayo . En Palermo, el 25 de mayo de 2017 se inauguraba el Desarmadero Bar. En la esquina de Gorriti y Lavalleja convergen la cerveza artesanal y el arte manifestadas en veinticuatro canillas, tragos y el despliegue del artista Alfredo Segatori, ganador de un premio Guiness por el mural más largo del mundo hecho por una persona. Y está ubicado en La Boca.
La codiciada esquina había sido un desarmadero. Hoy es un bar custodiado por el Viejo de la fachada, que se destaca por ofrecer cerveza artesanal de calidad. Atentos: cambian de estilo y de proveedores por semana en búsqueda de lo Premium. Probamos la Jamaica Dubbel de Juguetes Perdidos, cervecería ubicada en el barrio de Caseros. Una joyita de aromas a frutos secos y pimienta que te trasladan a una chimenea en un día invernal.
Tienen un tipo de cerveza hecha especialmente para el bar. La marca: Humanoide. El estilo: Tropical Stout. Ideal para acompañar postres chocolatosos. Matías, uno de los creadores nos dejó un dato de color: el lúpulo es primo hermano de la planta de cannabis. Interesante.
Todo entra por los sentidos: la cara de un viejo hecho de elementos reciclados que se eleva para transformarse en techo, una van al estilo little miss sunshine hecha food truck, un jardín vertical en la terraza para disfrutar un atardecer, comida elaborada para que maride con los diferentes tipos de cerveza, música seleccionada por la Dj SRZ, Soledad Rodríguez Zubieta. Y la lista sigue. Diego, Carolina y Eduardo, sus dueños, no dejan nada al azar.

2) VUELA EL PEZ: UN BAR CON ALMA MUSICAL DONDE SE RESPIRA, SE SIENTE, SE ESCUCHA, SE VIVE ARTE / AV.CÓRDOBA 4379 – PALERMO

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Nada el pájaro y vuela el pez. Acá es real. Se mira, se respira, se siente, se escucha, se vive arte. En Vuela el Pez Club de Arte se interesan por cuidar al artista, por hacerlo parte, por incluirlo. Utilizan las paredes como un espacio de exhibición haciendo que sea un lugar donde realmente se construye cultura.
La comida casera es preparada con los mejores ingredientes. La música es el tema central de las noches del Pez y suele ser variada: Rock, Inidie, funk, Jazz, salsa, folclore y tango.
Luis Alberto Spinetta dice presente con sus palabras inmortalizadas en las puertas. Y es que todos los que forman parte de este centro cultural lo admiran. Incluso los extranjeros. Es un espacio muy influenciadao por el Flaco: su música suena desde la cocina hasta el salón. El ambiente es alegre y ameno, puro disfrute y aprendizaje. Si vas una vez al Pez, querés volver mil veces más.

3) EL POLLO GÓMEZ: STREET ART MARAVILLOSO Y ONÍRICO EN UNO DE LOS BARES CON MÁS BUENA ONDA DE LA CIUDAD (TE SENTÍS EN UNA FIESTA EN CASA DE AMIGOS) / ARRIBEÑOS 3100 – NUÑEZ

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Por si lo estás dudando, no es una rotisería. El Pollo Gómez es un bar con toda la onda ubicado en Núñez que te hace sentir en algún lugar del Caribe. La fachada es creación de Marcos Heis y Jero Gregorini, TeKaz, del grupo THZ. En el centro, un hermoso vitro que crea una cálida luz en el patio. Ellos se proclaman como un bar de amigos. Si vas lo creés.
Cuando el dueño, Federico Vicente alias “el Pollo”, lo descubrió, el bar actual era una casa medio venida abajo grafiteada por chicos del barrio. Su anhelo era tener un bar en la playa. Y esa idea nunca lo abandonó: trasladó el aire tropical a un bar en la calle Arribeños. La fachada esconde la intención de captar el interés de los que pasan por ahí, despertando su curiosidad. El pollo es inquieto y le gusta el arte. Por eso el cambio es una constante en él.
El bar es una representación del Kitsch. El arte está por todos lados. No solo está en los murales, sino que también en el jardín vertical que cubre una de las paredes, en las televisiones antiguas, en un playmobil gigante, en los vidrios de colores y hasta en una moto. Todo es muy onírico. Cuando entrás te llevás una sorpresa que hace que una vez que fuiste no dejes de ir. Si hay algo que no le falta son los detalles.
Algunos de los artistas son Adry Balbo, Marcos Daniel, alias “el mudo”, autor del fileteado a modo de escudo debajo de las escaleras, y Ana Fraga, quien enmascaró lo que había comenzado el Pollo en las escaleras. Iba a ser una favela y terminó siendo una obra que te transporta a Valparaíso. Verano forever en Nuñez.
La buena onda está encarnada en todos los que trabajan ahí. Basta una noche para que te sientas entre amigos de toda la vida. Abre los jueves, viernes y sábados e invitan DJ´s que van variando. Y no te olvides, quedate hasta las 12 que se pone el baile.

4) COBARDE BAR: UNA BAR TIPO ANFITEATRO CON UN MURAL GENIAL DE TOIA GREHAN / JUNÍN 1725 – RECOLETA

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En nuestra lista no podía faltar Recoleta. Ubicado frente al histórico cementerio, Cobarde es un lugar canchero ideal para ir al happy hour. Hay una gran variedad de cervezas y rica comida. La decoración es sencilla: madera, acero y cemento. No ostenta más. Una característica original del lugar es la larga barra tipo ballet donde podés sentarte y apoyar tu vaso en los círculos de madera a modo de mesitas.
Atravesás el salón. Un ventanal. Y ahí está el gorila. Se había estimado hacerlo en dos días, pero cuando Toia Grehan se sumergió en la pintura, lo hizo en 9 horas. Este símbolo del lugar es su mural número 25. La paleta de colores está realmente en armonía con el entorno generando un diálogo entre los naranjas y rojos de la obra con el gris cemento del “anfiteatro”. El patio donde descansa el gorila es como un beer garden pero en una plaza con una buena distancia a la calle, haciéndote sentir que estás en algún otro lugar.
Fotos: gentileza de los cuatro bares mencionados.
Foto destacada: corresponde a Chupitos que será mencionado en la segunda entrega.