MALEVA EN BERLÍN: UN PASEO POR LOS MEJORES PARQUES / ONDA Y HIGHLIGHTS DE CADA UNO / POR NATALIA LAUBE (MALEVA EN ALEMANIA)

maleva tiergarten
Laguna del Tiergarten

 

MALEVA EN BERLÍN: UN PASEO POR LOS MEJORES PARQUES. ONDA Y HIGHLIGHTS DE CADA UNO. POR NATALIA LAUBE (TEXTO Y FOTOS, DESDE ALEMANIA)

 
Todos los años, la misma escena que alimenta el cliché del europeo desesperado por un poquito de sol vuelve a repetirse. Empiezan a llegar los días lindos y los berlineses salen, impacientes, a habitar las calles de su ciudad para recibir todos los rayos y el calor que les fueron negados durante un invierno largo. En Berlín, como en casi todas las capitales europeas, la primavera y el verano no sólo incentivan a los locales a salir más de casa sino que atraen a un número grande de turistas, por lo que la población parece triplicarse de un día para el otro: los bares sacan sus mesitas a la calle y vuelven a llenarse, las orillas de los canales se pueblan de picnics espontáneos y los mercados se abarrotan de gente que quiere comprar y pasear con tiempo, un lujo que en los meses fríos cuesta darse. La ciudad revive, y el cambio de ánimo (o de Stimmung, por usar una palabra genial del alemán) es notorio.
Uno de los atractivos principales de Berlín en la época de clima amable son, también, sus parques. Pocas ciudades del mundo tienen para ofrecer tantos espacios verdes que invitan a ser recorridos durante horas sin caminar sobre los propios pasos, de tan grandes. Meterse en un parque de Berlín implica entregarse a la desorientación y no saber por qué costado ni por qué calle aparecerá la salida: un parque que se precie es, para un alemán, una superficie verde que tiene muchas, muchísimas hectáreas.

«Meterse en un parque de Berlín implica entregarse a la desorientación y no saber por qué costado ni por qué calle aparecerá la salida: un parque que se precie es, para un alemán, una superficie verde que tiene muchas, muchísimas hectáreas.»

Si estás por visitar la ciudad, ya sabrás que estás en la mejor época para hacer planes al aire libre y que no podés dejar de conocerlos. Porque, además de ser points ideales para desconectarse del ruido urbano, hacer ejercicio u organizar asaditos (sí, es posible, pero sólo en los lugares permitidos) los parques berlineses tienen mucha historia para contar sobre la ciudad que es difícil descubrir desde la comodidad de los micros hop-on hop-off. Calzarse las zapatillas y explorar los recovecos más verdes de la capital alemana tiene grandes recompensas y puede ofrecer un pantallazo por algunos highlights de la historia y la cultura alemanas: búnkers, vestigios del comunismo y homenajes a los grandes literatos del pasado están esperando que los descubras, escondidos entre árboles, pájaros y plantas.
Y entonces, ¿por dónde empezar a explorar?

1) TIERGARTEN: EL CLÁSICO CERCA DE TODO (¡NO DEJEN DE ALQUILAR UN BOTE A PEDAL!).

Tiergarten IV
Berlín tiene 2500 espacios verdes entre parques y plazas, pero uno solo le da nombre a una localidad. El Tiergarten (“Jardín de los animales”) era el lugar al que iba a cazar la aristocracia prusiana y hoy, más popular entre humanos que entre la fauna salvaje, es el pulmón más emblemático de la ciudad por su ubicación y por su atmósfera de cuentos. Situado en el corazón de Berlín —a metros del Reichstag y de la Puerta de Brandenburgo y rodeando la Columna de la Victoria—, el Tiergarten parece, en algunos de sus tramos, la locación de una fábula llena de hadas y duendes. Es imposible que no pases por alguno de sus costados durante tus primeras recorridas por Mitte: entrá y dejate llevar por caminitos rodeados de bosques y de lagos. El Tiergarten es ideal, además, para conocer desde el agua: podés alquilar un bote a pedal y recorrer sus lagos. Eso que jamás hiciste en Palermo, ¡es hora de que lo intentes en Berlín!

2) TREPTOWER PARK: VESTIGIOS DE LA RDA (UN VIAJE GRATUITO A LA ÉPICA DEL EX BLOQUE SOVIÉTICO).

Treptower Park III
Comprender Berlín es, sobre todo, seguir las trazas que aún quedan tras la división de la ciudad. Hay muchos lugares donde buscar huellas del pasado reciente alemán y uno de ellos son los parques. A metros del Karpfenteich, el lago de las carpas del Treptower Park, se erige el Monumento Conmemorativo a los Soldados Soviéticos, un homenaje de la República Democrática Alemana a los miembros del Ejército Rojo que murieron luchando contra los nazis. El Treptower Park vale en sí mismo por sus paisajes y por su cercanía con el río Spree, pero este monumento colosal le suma un componente de exotismo: caminar desde la entrada —con sus enormes signos de la hoz y el martillo— hasta la escultura principal del Soldado Libertador Soviético es un viaje en el tiempo, o un pasaje gratuito hacia algún lugar de Rusia o de Europa del Este.

3) VOLKSPARK HUMBOLDTHAIN: DONDE HUBO BÚNKERS, ROSALES QUEDAN.

Volkspark Humboldthain VI
Otra gran huella arquitectónica que vale la pena descubrir son los búnkers construidos durante la Segunda Guerra Mundial. En el Parque de Humboldthain aún puede visitarse una torre construida durante el régimen nazi para proteger a la población de los ataques aliados. Si bien fue demolida en parte y tapada por escombros, tierra y árboles (lo que actualmente le da el aspecto de una pequeña montaña natural), al llegar a la cima todavía pueden verse los restos del búnker que siguen en pie. De paso, se puede disfrutar de una gran vista de la ciudad. Pero lo interesante del Volkspark Humboldthain es su multifascetismo: el búnker, semidestruido y lleno de graffitis, convive perfectamente con uno de los jardincitos más cuidados de Berlín, el Rosengarten, que queda a pocos metros. Este pequeño y romantiquísimo rosedal que recuerda al paisajismo francés es atípico en el abanico de parques berlineses, mucho más rústicos por lo general.
 

4) TEMPELHOFER FREIHEIT: UN EX AEROPUERTO QUE AHORA ES EL ESPACIO VERDE URBANO MÁS GRANDE DEL MUNDO (¿QUÉ TE PARECE ANDAR EN ROLLERS EN UNA PISTA DE ATERRIZAJE?).

Tempelhof III
El Tempelhofer Freiheit (literalmente, Libertad de Tempelhof) es el parque más joven y más grande de la ciudad: cuando fue creado, hace un lustro, desplazó de su histórico puesto número uno en tamaño al Tiergarten. Tempelhof fue hasta 2008 uno de los tres aeropuertos comerciales de Berlín. Cuando lo cerraron, los vecinos decidieron luchar para que el espacio pudiese ser disfrutado por todos; se organizaron y consiguieron el aval del gobierno para darle vida al espacio verde urbano más grande del mundo. Hoy, sus pistas de aterrizaje son habitadas por usuarios de bicis, rollers, patinetas y toda clase de transportes sobre ruedas. Tempelhof es un parque de diversiones para adultos donde pasa de todo; en sus 355 hectáreas hay community gardening, clases de yoga y espacio para hacer asaditos. Pero, atención a esto, el centro del parque está cercado y restringido a los humanos: allí arman sus nidos cientos de pájaros y la política es cuidarlos cuanto sea posible, para que sigan cantando.

5) VOLSPARK FRIEDRICHSHAIN: EL CENTRAL PARK BERLINÉS.

Volkspark Friedrichshain II
Aunque el Tiergarten sea para muchos “el Central Park berlinés”, es hora de enmendar ese lugar común e instalar otro: lo más parecido que tiene la capital alemana al gran parque neoyorquino es el Volkspark Friedrichshain. A pocos minutos de caminata del Alexanderplatz, el parque público más antiguo de Berlín ofrece paisajes hermosos y una joyita extra, el Märchenbrunnen, una fuente construida en 1913 y dedicada a los personajes de los hermanos Grimm, con 106 figuras salidas literalmente de cuentos.