LOS 10 PLATOS QUE TENÉS QUE PROBAR SÍ O SÍ EN BOCAS ABIERTAS

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Casi treinta puestos en la segunda edición del festival gastronómico del Bajo de San Isidro

 

LOS 10 PLATOS QUE TENÉS QUE PROBAR SÍ O SÍ EN BOCAS ABIERTAS. POR SANTIAGO ENEAS CASANELLO. FOTOS: PAULA ELEOD.

Darse una vuelta por Bocas Abiertas, el festival gastronómico del Bajo de San Isidro – que empezó el jueves 13 de marzo y dura hasta el domingo 16, inclusive, en el centro de exposiciones municipal  –  tiene de distinto a otras ferias culinarias, el factor mini vacaciones, de escapada, de pasarse un rato entre sauces, con la vista al río que aparece entre los puestos, y comerse un roll vietnamita con el barrilete de un kite a la vista. Pero además de esa variable, que ya vuelve muy válido el programa, está la principal y que no defrauda: la de comer rico, variado, y gourmet. Sin la escala ni la sofisticación de Masticar (aunque con una onda muy hippie/chic sanisidrense) Bocas Abiertas, tiene 27 puestos de comida. Restós clásicos y barriales del Bajo, toques bizarros como el flamante carrito hamburguesero del comediante Fabio Alberti, puestos de restós que son la quintaesencia del Bajo como La Anita, o lo de Facu y lo de Nacho, hasta lo más mainstream/cool como el de la ganadora del concurso en Youtube de Jamie Oliver, la muy simpática y talentosa cocinera Felicitas Pizarro, pasando por el deleite dulce del almacén de la escuela de cocina Ott, entre otros. Esto sin contar al sector Mercado de Productos y al Mercado Sabe la Tierra con más de 20 productores orgánicos. Maleva se dio una vuelta, probó y eligió los 10 platos que hay que probar sí o sí.

10 platos que no podés dejar de probar en Bocas Abiertas:

 

1 – La Brochette de Felicitas Pizarro (de bife de chorizo, con cebolla morada, morrón, panceta ahumada, salsa agridulce, chili y chimichurri “rock and roll”, ciboulette y cilantro)

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¿Por qué?
Primero porque sabe bárbaro. El equipo de Maleva lo mordió y al toque fue un “ummmmm” degustativo, de placer, inmediato (casi con pupilas dilatadas). Pero además porque es un plato que hay que probar sí o sí por su relevancia. Es la versión “brochette (para que sea más fácil comer al paso) del bife que llevó a la fama a Felicitas (28, chef y sommelier), cuando conquistó al público, en el concurso global por Youtube que armó el chef súper estrella británico Jamie Oliver. Y otro aspecto que nos pudo es que Felicitas – nieta del chalchalero Juan Carlos Saravia y sobrina del también chalchalero Facundo Saravia – es la simpatía en persona. Ella y su team son todo sonrisa y buena predisposición.
 

2 – La pizza raw de Pura (masa de semilla de girasol activada, zanahorias, remolachas, polvo de semila de lino, queso de castañas de cajú, pasas de uva deshidratadas, salsa de tomate viva, rejuvelac)

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¿Por qué?
Porque tiene un sabor singular (al menos para los que no tienen el paladar acostumbrado a la cocina orgánico o cruda) que descoloca un poco pero que termina convenciendo. Por lo cual la experiencia de probar el resultado de esta opción hiper sana que utiliza técnicas como la deshidratación, la germinación, sin sacrificar nutrientes, pasa la prueba. Y también la elegimos porque es una pausa sana entre mucha cantidad de alternativas carnívoras y porque es fiel representante de cierto espíritu jipón-ecológico que es una de las claves de la identidad de este barrio de San Isidro.
 

3 – Facu Crispy (hamburguesa empanada de pollo, con cereales, avena, queso, panceta, lechuga capuchina y mayonesa casera)

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¿Por qué?
Facundo Roca, Facu (28) es el dueño de uno de los restós con más onda y representativos del Bajo “lo de Facu (sobre Tiscornia)”. Hermano de Nacho Petersen (al frente de lo de Nacho, con más años  que lo de Facu, sobre Roque Saénz Peña). Los locales de estos hermanos – con un menú simple pero de muy buena calidad, con mesitas en la vereda, ramada y lucecitas de colores – son uno de los motores esenciales del crecimiento del Bajo como polo gastronómico y también son el reflejo de un perfil muy propio de ese polo. O sea, ir al Bajo y comer «como en el Bajo» es ir sí o sí a uno de sus restós. Eso ya vuelve un requisito sine qua non probar algo en su puesto de Bocas Abiertas (uno de los más grandes y lindos). Y lo otro: que esta hamburguesa crispy es perfecta, casi que – bien vale el cliché – se derrite en tu boca.
 

4 – Las Rabas de la Anita (calamar, huevo, leche y sal)

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¿Por qué?
Muy simple: rabas, sin ninguna receta críptica y encima en cono. Y por eso justamente. Pocas caras tan de felicidad entre el público que las de los que extienden sus brazos para recibir un riquísimo cono de rabas. Bien preparadas, claro, nada de exceso de refritado. También suma que rabas al lado del río (si bien no son de río, más vale) combinan bien. Y que es el plato que recomienda, sin dudarlo, José Dell ´ Acqua, un personaje con aire de marinero italiano y sobre todo, fundador y aún dueño de la Anita que es, acaso, el restó que inventó – desde un  patiecito atrás de una rotisería, en su primera ubicación – el fenómeno del Bajo como circuito gastronómico. Lo mismo que con lo de Facu y lo de Nacho, no conocés el Bajo sino comiste en la Anita.
 

5 – la hamburguesa de camarones de Austria (salmón blanco, camarones perejil, ajo, sal, pimienta, pan rallado.)

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¿Por qué?
Porque es otra buena opción marinera y porque es la más sofisticada de las hamburguesas de la feria. Y también porque el puesto es uno de los más elegantes, también la atención es de las más delicadas (acá hay señores con uniforme blanco de chef). Pero que te convencen, con fundamento: “nuestra hamburguesa de camarones vale la pena porque es original, y bien doradita es espectacular”.
 

5 – Roll vietnamita de Jacinto con Amor (Tamagoyaki, hongos shiitake, palta, mango, queso Finlandia, zanahoria, papel de arroz)

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¿Por qué?
Porque te impresiona el frescor que sentís. Porque es súper liviano. Y porque es una de las opciones veggies más ricas y mejor pensadas del festival. El puesto es bastante bajo perfil, a la izquierda, atiende su dueña Jessica Scarpati, relajada, amable, cero pedantería. Vale la pena.
 

6 – Pernil al horno de barrio de lo de Roy (pernil de cerdo, pan de pita, cebollas ahumadas, mayonesa, chutney)

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¿Por qué?
Porque ves el pernil, el horno, y el disco de arado donde lo doran y ya directamente comés con los ojos. Nada feo puede salir de eso, y no sale. Y porque Roy (quien merece que lo llamemos Mister Roy) es de esa raza de señores con canas, que son puro estilo y bonhomía, para que entiendan: un tipo Hemingway. El slogan de su restó del Bajo resume todo: “Paso por lo de Roy, compro algo y voy”.
 

7 –  Wrap de Calabaza de Iolo (calabaza asada, cebollas caramelizadas, espinaca, rúcula, hongos)

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¿Por qué?
Porque, tal como dijimos con la pizza raw de Pura, es bajarle un cambio a las muchas opciones carnívoras del paseo. Iolo se especializa en comidas vegetarianas y hasta veganas. El wrap de cabalaza – que por suerte no viene frío sino tibio – es un tipo de comida óptima para comer caminando.
 

8 – Nachos de lo de Facu y lo de Nacho (Nachos, Muzarella, queso crema, pico de gallo, cuacamole, aceite de oliva, limón y sal, ciboulette y pimentón)

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¿Por qué?
El único puesto que repite en nuestro top ten. Y por una razón de sabor – porque sí, son muy ricos estos nachos – pero también costumbrista. Estas líneas parecen publicidad, pero no, son la pura verdad: todo aquel que se habitué del Bajo de San Isidro, que haya presenciado su crecimiento, sabe que una de las paradas obligadas es lo de Nacho, y que en lo de Nacho uno de los platos que hay que probar obligatoriamente – y que mil amigos te recomendaron  probar – son sus, valga la redundancia, nachos. Y como creemos que ir a Bocas Abiertas también es como vivir de manera condensada la experiencia culinaria del Bajo, no fuiste al Bajo sino probaste uno de estos nachos.
 

9 – Hamburguesa Peperino (peperino, lechuga, tomate, cebolla y queso)

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¿Por qué?
Sinceramente, porque le da el toque cholulo y bizarro a la jornada. La hamburguesa está bien, es grandota, tentadora, pero muy sencilla. Ahora bien: se llama Peperino porque su dueño – el humorista que hace unos meses tiene un food-truck hamburguesero en el Bajo (Alberti es un vecino histórico del barrio) la bautizó así en honor a uno de sus personajes más legendarios: el cura Peperino Pómoro. También  podés probar la Boluda (por el personaje Boluda Total) pero era demasiado sencilla, “just cheese”, para incluirla en nuestra selección MALEVA.

10 – Espuma de limón y maracuyá de Almacén Ott (mousse de limón, creme bruleé, biscuit de almendras)

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¿Por qué?
Nuestra opción dulce para cerrar. Porque está tan bien hecha, tan bien presentada, y tiene un sabor tan impecable, que simplemente nos parece como de alta pastelería. Detrás está la mano del maestro pastelero Luciano García. Almacén Ott Gourmet es el puesto de venta al público de la muy reputada escuela de cocina de Acasusso, el fuerte de Almacén es la pastelería y la panadería.

 

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Felicitas Pizarro, la cocinera argentina bendecida po Jamie Oliver, ultra simpática

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Una onda muy tranca recorriendo el paseo

 
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José Dell´Acqua, fundador del restó La Anita

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Cultivo de hongos, una de las curiosidades de la feria

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Facundo Roca, uno de los «legendarios» hermanos Facu y Nacho (Petersen), dueños de dos de los restós más emblemáticos del Bajo sanisidrense