LISTA MALDITA: LOS 10 REGALOS QUE NO HAY QUE HACER

Es clave que el regalo sea original y genere algún tipo de emoción, que active la ilusión del disfrute en el agasajado
LISTA MALDITA: LOS 10 REGALOS QUE NO HAY QUE HACER. POR JOSÉ LECOMPTE.

No querrás – salvo que habite en vos un ánimo malvado – que el regalo que vas a hacer para navidad, o fin de año, o reyes (en fin, para esta época que es la bacanal de los obsequios) culmine en una sonrisa agria, forzada, de decepción, por parte del agasajado. Que al recibir en su oficina tu regalo corporativo, se lo termine encajando al primer empleado o compañero que pasó por ahí o que al romper en el arbolito, a las cero horas del 25 de diciembre, y con ansiedad infantil, el envoltorio, su reacción facial indisimulable sea de ¡Qué fiasco! ¡Qué hago con esto! Por eso MALEVA consultó a distintos especialistas (Carolina Ghidotti, consultora de imagen y personal shopper, al director de la consultora empresarial GAP Gabriel Ghignone y al especialista en empresas Néstor Rabinovich) y confeccionamos una lista maldita: la de los 1o regalos, personales y corporativos, que hay que evitar.

1 – CANASTA DE NAVIDAD CON PRODUCTOS COMESTIBLES DE BAJA CALIDAD (REPLETA DE TURRONES BERRETAS)

“Si bien las canastas de navidad en general gustan, y de hecho, en las empresas las esperan, es un error optar por una llena de turrones malísimos en cajitas fosforescentes y garrapiñadas radioactivas» asegura Caro Ghidotti. Sumémosle un pan dulce seco incomible y una sidra que en un súper chino no pasa de 25 pesos. “Lo que hay que hacer – explica la personal shopper – es priorizar la calidad por la cantidad. Es mejor un regalo con menos cosas pero que sean buenas, hay que apuntar a lo gourmet.»
 

2 – ROPA INTERIOR A LOS CUÑADOS, YERNOS, NUERAS

Es un regalo que no requiere mucho esfuerzo mental y además se cree que quien lo reciba le puede caer simpático y sobre todo, práctico. Pero Caro Ghidotti es tajante: ¡No! ¡Nunca! “Porque puede insinuar algo sexual y de verdad, es desubicado y termina siendo re desalentador”. La especialista encima asegura que regalarle boxers, corpiños, etc, a esas relaciones de parentesco, es algo muy común. 
 

3 – UN KIT BAJO COSTO, REPLETO DEL LOGO DE TU EMPRESA (¿REGALO O MERA PUBLICIDAD?)

Ya sea un kit de accesorios de librería – cuaderno, lapicera, lapices – o uno de vino económico como sacarcorchos más termometro, si en cada objeto te ocupaste de que esté impreso el nombre de tu empresa, la impresión va a ser que no estás haciendo un regalo (que a priori, debe parecer desinteresado y de buena fe) sino que te estás haciendo un favor a vos mismo en forma de publicidad encubierta.
 

4 – REGALOS INTERESADOS (EL BENEFICIADO, DISIMULADAMENTE, SOS VOS)

No nos referimos a los “autoregalos (gorda, te compré un pack de cervezas belgas, alemanas y holandesas)” que ni hace falta mencionar en esta lista sino a los regalos que supuestamente benefician al agasajado pero en realidad apuntan a tu propio beneficio. Por ejemplo, regalarle a tu pareja una prenda de ropa que te gustaría que tu pareja use (pero ella nunca sintió motivación para vestirse así), o un libro sobre algo que no le interesa pero a vos te gustaría que le interese, o, la peor, la cinta para que corra (porque querés que adelgace).
 

5 – ALGO CON MUCHAS CHANCES DE QUE SEA CAMBIADO (Y EL ESFUERZO QUE IMPLICA)

Caro Ghidotti asegura que los regalos que tienen chances de rebote hay que evitarlos. En la ropa es común, una cosa es una cartera clásica (negra, tradicional) y otra, como dice Ghidotti “es jugarte por una cartera verde con tachas doradas y animal print”. Optar por lo rebuscado lo que garantiza no es el éxito del regalo sino la fiaca – para el no tan feliz homenajeado – de tener que ir a cambiarlo.
 

6 – LOS REGALOS CERO EMOCIÓN

Un regalo tiene que impresionar para bien, activar la ilusión del disfrute inminente. Pero hay regalos clichés aniquiladores de cualquier regocijo: el perfumito del montón, el par de medias, la planta para interiores, los jabones de la estantería “belleza” del supermercado. En lo corporativo, esto también cuenta. «Lo peor de lo peor es no regalar nada, pero igualmente el regalo tiene que despertar algún tipo de emoción, de sonrisas. No hay que caer en el regalo rutinario», señala Rabinovich. 
 

7 – LOS REGALOS RETRO/INSERVIBLES

Un clásico es el que te sigue mandando una calculadora. Eso ya no se usa, ahora las calculadoras están en el celular, en la computadora, en todas partes. Lo mismo con las agendas, las agendas de papel también están en retirada”, sostiene Gabriel Ghignone. Lo peor es que estos objetos retros además suelen venir como merchandising del “regalador” por lo cual la imagen que da de la empresa es de poca innovación, de que se quedaron en el pasado, además de desinterés por cranear algo más original.

8 – LAS TARJETAS

Para empezar, con las tarjetas sucede algo entre curioso e irritante, que en general quien las recibe no tiene idea quien se la mandó, nombres de empresas con las que no recuerdan haber jamás cruzado palabra. Y, como señala el director de GAP, “a la tarjeta nadie la lee y en segundo lugar te pinta como un miserable”.
 

9 – UNA FOTO PROPIA

No hay que tener mucha inteligencia emocional para hacer este regalo, o tacto social, pero sí mucho narcisismo, y lo peor: es otro clásico. La foto propia enmarcada. Es lo que los norteamericanos llaman el “all about me gift”. Lo mismo vale para un pin de tu empresa, o un banner de tu empresa, o hasta un pad-mouse de tu empresa.
 

10 – UN REGALO DESCUENTO (EL REGALO NO LO PUEDE PAGAR QUIEN LO RECIBE)

Una cosa es una oferta navideña que uno utiliza para que el regalo que obsequia no le sea tan oneroso, eso es más que válido, es inteligente. Pero lo inaudito es regalarle a otro un descuento, un 20 por ciento de descuento en tal spá, o en tal restó. No, el regalo tiene que ser gratuito, no puede implicar que el agasajado pague por su cuenta la mayor parte.