ESOS LOCALES GOURMET QUE ENTRÁS Y TE DESMAYÁS (DEL ANTOJO)

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Una de las grandes virtudes de The Pick Market es que tiene una enorme variedad de buenos vinos (más de 300 etiquetas)

 
 

ESOS LOCALES GOURMET QUE ENTRÁS Y TE DESMAYÁS (DEL ANTOJO). POR VALENTINA RUDERMAN.

Mientras algunos se desesperan cuando ven una buena barra y otras se vuelven locas al encontrarse rodeadas de zapatos de diseñador, nosotros nos desmayamos cuando entramos a un buen mercado gourmet, en especial si sus paredes están cubiertas de conservas y sus estantes cobijan decenas de variedades de quesos. Esos lugares que cuando entrás sentís un olor que te desestabiliza y querés devorarte todo (¿quién no siente eso al entrar, ponele, a un Valenti?).  A continuación, negocios que pueden provocarte un shock de ansiedad  y hacerte temblar las rodillas y demuestran que, a veces, las apariencias no engañan.

1) VALENTI (el rey del «comer con los ojos»)

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Las canastas de Valenti con sus jamones estacionados 16 meses y sus increíbles quesos, directamente duelen (y seguro ellos lo saben)

El rey del “comer con los ojos” es, sin lugar a dudas, Valenti. Para vivir la experiencia se puede ir a cualquiera de sus sucursales, desde la isla del D.O.T al puesto del Mercado de Juramento (donde todo empezó), pero la que más nos gusta es la primera que tuvo en la calle y queda en Soldado de la Independencia 1185. ¿Por qué es la preferida? Porque cuando se trata de quesos y fiambres, cuanto más abarrotado el espacio, mejor. Los más aclamados de la cadena son su jamón serrano de 16 meses y su queso feta de cabra para ensaladas gourmet. El tip de sus maestros queseros es ir con tiempo durante la semana, cuando lo visitan los obsesivos que eligen cada pieza como quien está por comprar un anillo de diamantes. De viernes a domingos, es terreno de tablas armadas.
 

2) ELENA – FOUR SEASONS Y EL SHOCK DE SU BRUNCH

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La tabla de Elena y detrás la histórica máquina para cortar fiambres Berkel

Uno de los highlights del ya-no-tan-nuevo Four Seasons (Posadas 1086)  es su selección de quesos y fiambres. Cualquiera que pase por el hotel a cualquier momento del día, puede ver su exposición de charcuterie en una de las esquinas del restaurante Elena y pedir sus tablas premium en el Pony Line. Sin embargo, el verdadero shock llega cuando lo visitamos en el brunch y, sobre su mesa de mármol, se despliegan todo tipo de quesos, jamones y mariscos. Para no marearnos, qué mejor que seguir los consejos de Juan Gaffuri, el chef ejecutivo: “La bresaola de carne Kobe que hacemos en el restaurante es única (la curan y frotan con pimientas, clavo de olor y cardamomo); el jamón de pato, también de la casa; la trucha ahumada de Bariloche que es mucho mejor que cualquier salmón del mercado y el Cheddar de la Provincia de Buenos Aires, súper agradable y balanceado, que trae sabores de nueces y frutos frescos”.
Otra joya del restaurante es su Berkel colorada, una máquina restaurada de 60 años que funciona a mano, lo que permite que no se sobrecaliente la hoja y la materia prima se mantenga a la temperatura adecuada mientras la cortan. “No es un mueble – aclara – la usamos todo el día”. Casi una obra de arte.
 

3) LA TABLITA (SI TE TENTÁS FÁCIL NO VAYAS)

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La Tablita es un clásico de Belgrano (también Valenti empezó en ese barrio)

Los vecinos del Belgrano lo saben muy bien: si querés comprar solo 200 grs de jamón cocido, no vayas a La Tablita (Vidal 1726) porque lo más probable es que te tientes y salgas con kilos de fiambres en la canasta. El camino al cielo empieza con sus especias, la selección de vinos, los fiambres que se fabrican exclusivamente para la tienda, los panes caseros y termina con los chocolates rellenos de la caja. Entre los especiales, están el queso macerado en hojas de parra y el Brie con damascos, pero el causante de nuestro desmayo fue un queso que vamos a bautizar “El superhéroe de la picada”: de gusto suave y aspecto sorprendentemente borgoña, pasa seis meses macerándose en vino.
 

4) CUCINA PARADISO (LA SUBLIME DISPENSA ITALIANA DE BUENOS AIRES)

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Los Cucina Paradiso de Donato de Santis son un mundo aparte de placeres itálicos

Lo más lindo de lo de Donato, además de sus Ravioli di Mare y su Risotto al pesto genovese, es que nos hace creer que podemos recrear en casa los manjares que nos sirve, desde el antipasto al limoncello. En sus dos locales (Castañeda 1873 y Arévalo 1538), Cucina Paradiso tiene una “dispensa italiana” que rodea el restaurante y se roba las miradas de todos los comensales. Prosciutto di Parma de 36 meses, salsas, chocolates italianos, Biscotti recién hechos y, en el centro del local como en un pedestal, un buen hombre y su Pastalinda amasando manjares en vivo (que se pueden encargar con 24 horas de anticipación). Para desmayarse antes de pedir el primer plato.
 

5) THE PICK MARKET (¿QUÉ NO HAY EN ESTE LUGAR?)

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El sector quesos y fiambres de The Pick Marcket

Frutas, especias, snacks gourmet, cervezas artesanales, quesos y fiambres: queremos quedarnos a vivir en The Pick Market, sea en su sucursal de Libertad 1212, en Demaria 4527, Ugarteche 3154 o en la que todavía no abrió en Quintana 570, al lado de La Biela. “Lo que tiene The Pick Market es que es integral. Tenemos casi todas las categorías de alimentos y bebidas, desde una ensalada macrobiótica a una cerveza artesanal. Capaz en otro lugar tenés buenísimos fiambres pero solo tres bodegas de vinos”, cuenta su dueño Francisco Calusio. Y agrega que con su selección de 300 etiquetas que invaden el salón, cualquiera que sabe de vinos y cruza la puerta se queda impresionado.
Bonus Track: no nos olvidemos de la cava de quesos del Palacio Duhau-Park Hyatt a la que ya le dedicamos una nota entera.