No todas las ciudades del mundo tienen tantas florerías en las calles como Buenos Aires. Los clásicos puestos verdes con ramos son una referencia clásica del paisaje porteño que no se encuentra – al menos en tal proporción – ni en Santiago de Chile, ni en Berlín ni en París. Hay una relación cotidiana de los habitantes de esta ciudad con las flores, símbolo de belleza, perfume, frescura, naturaleza y romanticismo por excelencia. Pero lo que sucedió en los últimos tiempos es que aparecieron florerías y viveros boutiques que redoblaron la apuesta con propuestas mucho más sofisticadas, con ramos elegantísimos, que directamente son piezas de diseño, con mucho de mirada artística (al punto que hablan de “curaduría”) y que además están ubicadas junto a bares, restaurantes top y galerías de arte, como si entre la poesía de las flores, la alta coctelería y la buena gastronomía se lograra un blend perfecto de placeres visuales y sensoriales con mucho estilo. Como si una experiencia completara a la otra.
El mayor exponente y el pionero de este fenómeno es Florería Atlántico, el excelente bar (ya conocido por todos) sobre la calle Arroyo que idearon el célebre bartender y emprendedor gastronómico Renato “Tato” Giovannoni y Julián Díaz, que fue elegido como el mejor bar de América Latina por el influyente ranking de la revista inglesa Drinks. De hecho, desde la calle no se ve ningún bar, solo una exquisita y canchera florería, el bar está abajo, escondido. Por lo tanto, la experiencia de tomarse los mejores tragos de autor en una barra de primer nivel, tiene como prólogo y epílogo una florería.
«Ni el bar ni la florería podrían vivir uno sin el otro -, le explica a Maleva Renato «Tato» Giovannoni, co-creador de Florería Atlántico – por eso la florería no cierra hasta que cierra el bar, le da un toque único, un perfume y un look poco tradicional y diferente de los bares que conocemos…»
Un ramo enorme de rosas blancas o de tulipanes amarillos o una amistosas gerberas anaranjadas o una salvajes celosias o unas curiosas peonias de la estepa patagónica o unas sexies orquídeas violetas acompañan perfecto una noche de cocktails no menos líricos como el famoso trago de la casa con agua de mar de Cariló y whisky especiado o un eau bruleé con coñac que emula al famoso postre francés. “Las flores las compran tanto parejas como gente sola. Hombres y mujeres”, le cuenta a MALEVA Tato Giovannoni quien explica que también tienen clientes habitués del barrio, que ahora hacen arreglos para hoteles y que la demanda es tal que hasta empezaron con venta telefónica. Las dos flores preferidas de Tato son las Peonias y la Flor del Alcaucil (sí ¿o acaso no sabían que al alcaucil le salen unas alienígenas flores azuladas? No dejen de ver este corto de Cayetana Vidal Buzzi http://bit.ly/1Eixj34)
“La idea de la Florería fue darle algo lindo a un barrio muy tradicional. Por suerte salió bien, creo q siendo dos negocios independientes se complementan a la perfección, la compatibilidad entre los dos es mucha – explica Tato con la buena predisposición y energía vital que lo caracterizan -, más cuando la florería está abierta hasta que cierra el bar. Le da un toque único. Un perfume y un look poco tradicional y diferente de los bares q conocemos. Creo q ninguno podría vivir sin el otro…”. Para Tato las florerías que apuntan a sofisticarse ahora entendieron, a diferencia de los casos que hubo hace una década, que no hace falta tener locales enormes y complejos sino “negocios más personales donde la propuesta sea más simple: la flor”. Florería Atlántico tiene una florista al frente: Claudia López Aragón.
«Un ramo enorme de rosas blancas o de tulipanes amarillos o una amistosas gerberas anaranjadas o una salvajes celosias o unas curiosas peonias de la estepa patagónica o unas sexies orquídeas violetas acompañan perfecto una noche de cocktails no menos líricos como el famoso trago de la casa con agua de mar de Cariló y whisky especiado o un eau bruleé con coñac que emula al famoso postre francés…»
La otra florería que convive con propuestas gastronómicas de alto nivel es Flores Pasión. Abrió a principios de año en el chic y bello espacio Casa Cavia, que es una señorial residencia frente a Plaza Alemania, restaurada y renovada (por el estudio inglés Kallos Turin) en la que cohabitan distintas propuestas todas muy atractivas: la perfumería Fueguia (ver nota en MALEVA a su creador), la editorial y librería Ampersand (paréntesis: también en Florería Atlántico se venden algunos pocos e interesantes libros), un restó de Pablo Massey y Próspero Velazco, una barra cargo de Inés de los Santos y el bonito y exclusivo local de Flores Pasión, donde los ramos – verdaderas piezas efímeras de arte – se exponen de manera sencilla y elegante sobre mesas y estantes de madera.
«La otra florería que convive con propuestas gastronómicas de alto nivel es Flores Pasión. Abrió a principios de año en el chic y bello espacio Casa Cavia, que es una señorial residencia frente a Plaza Alemania, restaurada y renovada (por el estudio inglés Kallos Turin) en la que cohabitan distintas propuestas todas muy atractivas…»
La creadora de Florerías Pasión es la vestuarista y directora de arte Silvina Grosso quien se encarga personal – y diaramente – de la compra de las flores y curaduría de los ramos. Silvana vincula mucho la idea del ramo de flores con la del mimo o el “lujo cotidiano” que no viene nada mal darse de vez en cuando. Y considera absolutamente armónica y evidente la relación entre sus ramos de flores – complejos y que combinan casi siempre muchos tipos de flores y plantas – y la experiencia gastronómica de Cavia. Parejas, vecinos de la zona, y gente que simplemente quedó cautivada por la belleza de sus ramos son sus principales clientes. Los ramos pueden ir de combinaciones como flores de repollo con margaritas amarillas y azaleas a la más simple y llena de sensualidad combinación de rosas rojas y blancas.
Para que la experiencia floral sea completa sugerimos en Casa Cavia adquirir un ramo de Flores Pasión y después brindar con un Sauco Royale de Inés de los Santos, que es un trago hecho a base de espumante de vino rosado y Saint Germain, licor francés hecho ciento por ciento con flores de sauco, muy vinculadas a la magia y la espiritualidad en las culturas antiguas de Europa (también el trago MALEVA by Tato Goivannoni lleva Saint Germain http://bit.ly/1lPTAMC).
«Para que la experiencia floral sea completa sugerimos en Casa Cavia adquirir un ramo de Flores Pasión y después brindar con un Sauco Royale de Inés de los Santos, que es un trago hecho a base de espumante de vino rosado y Saint Germain, licor francés ciento por ciento de flores de sauco, muy vinculadas a la magia y a la espiritualidad en las culturas antiguas de Europa…»
En un lugar bien distinto, el arty Patio del Liceo, Paraná Vivero ofrece plantas con diseño. Si bien por ahora casi no venden flores, sus plantas – eufordias, cactus, suculentas – llaman la atención de muchos visitantes del Patio. Jóvenes que fueron a chusmear en las galerías o a tomarse algo al bar y café del lugar, terminan llevándose una o dos masetas. “Están abajo con su vaso de cerveza y de repente nos ven, suben y terminan con un cactus en la mesa.”, comenta Poroto Yañez, arquitecto de 34 años y dueño de Paraná junto a su socia Andrea Villarino, de 35, y productora.
«Jóvenes que fueron a chusmear en las galerías o a tomarse algo al bar y café del lugar, terminan llevándose una o dos masetas. “Están abajo con su vaso de cerveza y de repente nos ven, suben y terminan con un cactus en la mesa.”, comenta Poroto Yañez, arquitecto de 34 años y uno de los dueños del vivero Boutique Paraná en el Patio del Liceo»
Poroto piensa que la presencia de Paraná hasta influyó en sus vecinos galeristas: “me parece que empezaron a mutar hacia más verde y en algunos casos hasta también se pusieron a vender macetas con plantas”. Paraná apunta a la gente joven que quiere tener verde en su departamento pero que no tienen tiempo para cuidar una planta convencional.
De esta tendencia de complementar plantas y flores con lo gastronómico también va a participar Herbario que es un local en el límite entre Colegiales y Belgrano que se especializa en terrarios que son pequeños invernaderos de cristal que recrean un ambiente de humedad y temperatura alta que posibilita el crecimiento de distintas plantas.
«En Herbario van a empezar a hacer cookaps en su local, con un menú vegetariano pensado por distintos chefs. “Va a tener que ver con una experiencia en la que se estimulen todos los sentidos, las plantas y flores tienen que ver con los aromas, las texturas, lo visual y la comida entra por el lado del gusto -, dice Florencia Carella (29), dueña de Herbario –, a nivel gastronómico hasta pensamos hacer algo a base de pétalos…»
Las novedades son dos: la primera que en breve van a empezar a vender ramos de flores que van a tener la característica de estar combinados con distintas variedades de suculentas (plantas con aspecto en general exótico y que acumulan agua en sus raíces, tallos y hojas); y la segunda que van a empezar a hacer Cookaps en su local, con un menú vegetariano pensado por distintos chefs. “Va a tener que ver con una experiencia en la que se estimulen todos los sentidos, las plantas y flores tienen que ver con los aromas, las texturas, lo visual y la comida entra por el lado del gusto -, dice Florencia Carella (29), dueña de Herbario –, a nivel gastronómico hasta pensamos hacer algo a base de pétalos, y además va a haber instalaciones y algún otro tipo de aporte artístico, y nos gusta el formato del Cookapp porque queremos que sea algo íntimo y reducido”.
En definitiva, el punto en común entre las flores, las plantas, y la buena cocina, o las buenos tragos, y hasta el arte, es simple y por eso no sorprende la fusión: que todos hacen a la vida más linda. Se complementan y el combo es perfecto.
Fotos: gentileza lugares mencionados