EL BONUS TRACK DEL DÍA

destacada-2
Amigos en clara actitud noviembre, look laboral para días que no se apagan a las seis

 

EL BONUS TRACK DEL DÍA. POR VALENTINA RUDERMAN. FOTOS: PAULA ELEOD.

A mitad de noviembre, ya es más que notorio: le robamos mucho más que grados centígrados al hemisferio norte. Jazmines perfumados, pastos muy verdes, ánimos más altos y, lo mejor de todo, días más largos. Los que pasamos mañanas y tardes sentados en frente de papeles y pantallas nos reencontramos con el cielo celeste y, así, con la posibilidad de “seguir haciendo”. Ir del trabajo a casa deja una sensación de incertidumbre que no existe cuando a las seis de la tarde ya es de noche y la bufanda pide a gritos volver al placard. Si sentís lo mismo que nosotros, pero todavía no le encontraste solución a tu desasosiego, en Maleva te mostramos algunas posibles salidas.
 

SUNSET DE ENDORFINAS

Hasta el más vago debe admitirlo: las noches primaverales, entre el viento que refresca y la luz hasta tarde, son ideales para hacer ejercicio. ¿Dónde? Sobran los circuitos para recorrer en cámara rápida y zapatillas, desde los alrededores del Museo Nacional de Bellas Artes, pasando por la orilla del río en Puerto Madero, al Lago de Regatas de Palermo (el que está entre los piletones de AySa y el Golf). Pero si las endorfinas no son suficiente incentivo, podés aprovechar para caminar la ciudad. Buenos Aires, como pocas en el mundo, es muy larga y homogénea, lo opuesto a esas ciudades formadas por islas unidas con autopistas.

Run, run, run a las 19hs en los alrededores del Museo Nacional de Bellas Artes

«Los que pasamos mañanas y tardes sentados en frente de papeles y pantallas nos reencontramos con el cielo celeste y, así, con la posibilidad de “seguir haciendo”. Ir del trabajo a casa deja una sensación de incertidumbre que no existe cuando a las seis de la tarde ya es de noche y la bufanda pide a gritos volver al placard. Si sentís lo mismo que nosotros, pero todavía no le encontraste solución a tu desasosiego, en Maleva te mostramos algunas posibles salidas.»

¿Qué tal hacer parte del camino a casa a pie? No tiene que ser todo, pero podés salir y recorrer algunas cuadras, hasta que llegues a algún medio de transporte que te deje en casa, estacionar el auto lejos para obligarte a chocarte con el resto de los mortales o bajarte antes del colectivo para deambular por el barrio. Seguro vas a encontrar algún barcito nuevo o descubrir una tienda vieja que viste al pasar miles de veces, pero que nunca miraste con atención. Atención: la primavera viene con aires renovadores así que es probable que el paseo lleve a reflexionar mucho antes de las resoluciones de fin de año y los atardeceres sobre el mar. A no subestimar la fuerza del cielo azul brillante y las lucecitas de la calle recién prendidas. Por ejemplo, caminar al atardecer, chusmeando las vidrieras – anaranjadas por el sol cayendo – de las galerías de la calle Arroyo es un placer urbano de esta época del año.

Un placer urbano de días más largos es chusmear las galerías de Arroyo (con una tonalidad anaranjada en las vidrieras)

 

VEO VERDE, CON UN SWEATER «POR LAS DUDAS»

Veo verde. Hay dos tipos de persona: la que puede dormir sin sábanas y la que disfruta de tener siempre el peso de una frazada encima, aunque sea finita. Esa división se repite cuando de abrigos veraniegos se trata: están quienes andan con los brazos al aire desde septiembre y los que aprovechamos cada momento posible para usar nuestras camperas livianas (esas que dan calor en verano y no alcanzan en invierno). El mejor momento en el que sacarlas a pasear es cuando estamos al aire libre, sentados en un café o en una plaza y, con la bajada del sol, se empieza a notar que todavía no es enero.

Martes a las 18 45, picnic en Plaza Vicente López con entorno parisino

 
Plazas lindas adonde llevar el sweater “por las dudas”: en Recoleta, la Vicente López, amurallada por edificios franceses, y la San Martín de Tours, empinadísima y oculta de la tan cercana Plaza Francia; en Belgrano, la Castelli, rodeada de cafés y bares; y en Vicente López, el interminable e inigualable Paseo de la Costa. En vez de volver a estudiar, responder mails, hacer llamados o leer a casa, recomendamos hacer un stop en algún espacio verde y adelantar todo lo que haya que adelantar, hasta que la capa del “por las dudas” no sea suficiente abrigo y haya que, ahora sí, refugiarse bajo techo.
5
La bici siempre es una opcion malevense

“No podemos ignorar a las dos grandes estrellas: el atardecer y el cóctel en terrazas bares. En el Microcentro, sobre el piso 13 del hotel Pullitzer en Maipú y Paraguay, está el Sky Bar. Entre swing y jazz, todos los jueves hay una banda sonora diferente. Si preferís escapar de los edificios altos, mejor visitar La Esperanza en el Bajo Belgrano, una casona antigua poblada de sillas antiguas de jardín, en el que  se puede enganchar un buen happy hour con Campari y vino libre. También está la opción de ver el cielo palermitano en todo su esplendor y comer buenos platos en alguna de las dos terrazas de Quimbombó”

LAS MEJORES TERRAZAS/BARES PARA VER COMO EL CIELO PASA DE CELESTE A ROSA, CÓCTEL EN MANO (OBVIO)

Desde arriba. Si hablamos de las horas que nos sobran entre que salimos de nuestras obligaciones y nos metemos en la cama, no podemos ignorar a las dos grandes estrellas: el atardecer y el cóctel. Para poder beber algo antes de comer y mirar cómo el color del cielo se va transformando de celeste a rosa, pasando por un violeta marmolado hasta llegar al azul oscuro, no hay mejor plan que sentarse en una de las terrazas-bares. No tenemos muchas pero, las que existen, merecen ser visitadas. En el Microcentro, sobre el piso 13 del hotel Pullitzer en Maipú y Paraguay, está el Sky Bar (Maipú 907), que solo abre de octubre a abril y ofrece after office, algo para picar, música y una vista del centro siempre iluminado. Entre swing y jazz, todos los jueves hay una banda sonora diferente.
 

1
Sky bar del hotel Pulitzer, ideal para un drink de sunset

 
Si preferís escapar de los edificios altos lo antes posible, entonces es mejor que visites La Esperanza en el Bajo Belgrano (Sucre 1302). Una casona antigua con una terraza poblada de sillas antiguas de jardín en la que podés enganchar un buen happy hour con Campari y vino libre. Mientras tomás algo, ves como la calle empedrada se queda sin luz de a poco. Por último, si lo que querés es tomar algo para después comer bien sin mudarte, el lugar es Quimbombó, sobre la Plaza Armenia (Costa Rica 4562). No tiene una sino dos terrazas, una grande sobre el frente y una más privada que da al centro de la manzana. En la mesa que elijas, vas a comer buenos platos, sea peruanos o indios, y, fundamental, tendrás de acompañante al cielo palermitano en todo su esplendor.