Detrás de los lugares ásperos, a veces se esconde la felicidad

Sarahos
La felicidad no es un estereotipo, no es algo evidente, y lo mejor: no es algo imposible

A nuestro espacio confortable, lo construimos incansablemente, como si estuviésemos anidando. Y este sitio, por supuesto, no es sólo físico, sino que toma incontables dimensiones. Crece como un capullo sutil que nos rodea, lleno de lugarcitos propios, acogedores, hechos a nuestra medida.
Recuerdo que hace algunos años, la sola mención de la palabra utopía me hacía pensar profundo. Representaba para mí lo que estaba fuera de lo cómodamente establecido: todo aquello que quería pero no me animaba a buscar.

«Con algunos proyectos realizados y otros en camino, siento que lo más importante que encontré al decidir forjar activamente mi destino fue la capacidad de desafiarme siempre, de encontrar lugares nuevos, menos acogedores, eventualmente más ásperos; detrás de los que a veces se esconde la felicidad. No la felicidad abstracta, casi divina, que llega por casualidad (¡en esa no creo!) sino la de ver concretada una meta.»

Tomó tiempo reunir el coraje suficiente para ir detrás de mis sueños. En mi caso, lo que generó este estímulo fue un cambio de profesión que implicó dejar atrás la clásica relación de dependencia en una empresa grande. A fin de cuentas, no tenía muy claro para quién trabajaba. No había un propósito en la tarea de cada día, no me movía un ideal. Apenas nadaba a favor de la corriente, dejando que me llevara a donde mejor le pareciera. La oportunidad de una mudanza, un cambio radical, aunque me daba un poco de miedo, sacudió mi letargo, que no era más que una cara de la trampa de la comodidad.
Años después, con algunos proyectos realizados y otros en camino, siento que lo más importante que encontré al decidir forjar activamente mi destino fue la capacidad de desafiarme siempre, de encontrar lugares nuevos, menos acogedores, eventualmente más ásperos; detrás de los que a veces se esconde la felicidad. No la felicidad abstracta, casi divina, que llega por casualidad (¡en esa no creo!) si no la de ver concretada una meta. La felicidad -también- de haberme sabido rodear por personas que comparten la voluntad de salir de su lugar de confort para crecer cada vez más.
Todo esto, que para mí era casi imposible, hoy es una realidad. ¿Te animás vos al desafío?
foto: CC-Sarahos