DE RUSSIE: EL HOTEL DONDE PICASSO SE ENAMORÓ EN (Y DE) ROMA

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Olga Jojlova, Picasso y Jean Cocteau en Roma, 1917

 

DE RUSSIE: EL HOTEL DONDE PICASSO SE ENAMORÓ EN (Y DE) ROMA.

Además del confort, los servicios y la ubicación, a un hotel de alta categoría (uno en serio) también lo hacen su historia y su mística. Y eso es lo que pasa con el hotel De Russie, en Roma, perteneciente a la cadena Rocco Forte Hotels. De todas las historias que guarda este bellísimo y elegante hotel, ubicado frente a la Piazza del Popolo (a pasos de la Piazza Spagna) en un palacio del siglo XIX, hay una de la que se enorgullecen particularmente y es la de los tres meses en los que Pablo Picasso se alojó allí, en 1917. La estadía del gran maestro del cubismo en el hotel De Russie tuvo de todo, incluso amor.

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La habitación de Picasso está en el último piso del hotel

«Picasso se sintió fascinado con la huella de la historia romana tan a flor de piel (¿quién no?), con su arte clásico (de hecho, a su vuelta a París, su obra empieza a jugar por primera vez con el estilo clásico), su gente, sus mujeres, su gastronomía (incluidos los aperitivos que le encantaba tomar en el jardín del hotel) y porque en Roma volvió a enamorarse.»

 
Picasso viajó junto a su amigo, el poeta francés Jean Cocteau, para diseñar el escenario y el vestuario de la obra «Parade» de la companía de ballet del empresario teatral ruso Sergei Diaghilev. Antes del viaje, el pintor atravesaba un período melancólico por la tragedia que envolvía a Europa (plena Primera Guerra Mundial), por su reciente ruptura (justo antes de viajar) con la pintora francesa Irene Lagut y sobre todo porque aún no había podido recuperarse de la penosa muerte de otra mujer mucho más importante en su vida: Eva Gouel, quien fue su gran amor y su musa y que falleció de Tubercolosis, con tan sólo treinta años. El cuadro «El Infierno» de Picasso hace alusión a esta época oscura. Pero Roma, significó para el malagueño, una suerte de renacimiento. Personal y artístico. La ciudad lo atrapó desde el día uno. Diaghilev no perdió el tiempo para que eso sucediera.

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Una de las esculturas de la actual muestra de Picasso en el hotel De Russie

«Jean Cocteau contó que les gustaba agarrar naranjas de las ramas de los árboles, desde las ventanas de la habitación. Picasso, por su parte, le comentaba a Cocteau cuanto le sorprendía poder ver desde su habitación el palacio de la Villa Medici, en cuyos jardines, Diego Velázquez, pintó sus únicos dos paisajes conocidos.»

 
La primera noche llevó a Picasso y al poeta a recorrer el coliseo bajo la luna llena. Picasso se sintió fascinado con la huella de la historia romana tan a flor de piel (¿quién no?), con su arte clásico (de hecho, a su vuelta a París, su obra empieza a jugar por primera vez con el estilo clásico), su gente, sus mujeres, su gastronomía (incluidos los aperitivos que le encantaba tomar en el jardín del hotel) y porque en Roma volvió a enamorarse. De una bailarina rusa del ballet, llamada Olga Stepánovna Jojlova. No fue una historia pasajera. Olga se convirtió en la primera esposa de Picasso y con ella tuvo a su primer hijo, Paulo. «Con una rusa te casás, no están para aventuras», le advirtió Diaghilev. También fue inspiración para varios cuadros como «Retrato de Olga en el sillón» u «Olga Jojlova con Mantilla». Olga fue la primer mujer no bohemia (pertenecía a una elegante familia de San Petersburgo) que conquistó el corazón de Picasso. En la ciudad eterna también pintó la obra «La Italiana» y concluyó «El arlequín».

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«Retrato de Olga» por Pablo Picasso / Arte con influencia clásica

«Hoy es posible alojarse en la mismísima habitación donde se alojaron Picasso y Cocteau, que fue rebautizada – con muy buen tino – como Picasso Suite. Y todo en ella es un homenaje al genio.»
 

Hoy es posible alojarse en la mismísima habitación donde se alojaron Picasso y Cocteau, que fue rebautizada – con muy buen tino – como Picasso Suite. Y todo en ella es un homenaje al genio. Láminas y almohadas con obras de Picasso, fuertes colores amarillos y bordó que recuerdan a la paleta de tonos del pintor, e incluso libros sobre su obra. La suite está en el último piso y tiene una vista fabulosa al jardín secreto y al monte Pincio. Jean Cocteau contó que les gustaba agarrar naranjas de las ramas de los árboles, desde las ventanas de la habitación. Picasso, por su parte, le comentaba a Cocteau cuanto le sorprendía poder ver desde su habitación el palacio de la Villa Medici, en cuyos jardines, Diego Velázquez, pintó sus únicos dos paisajes conocidos (Velázquez fue una gran influencia para él). El estudio de Picasso en Roma, donde diseñó el vestuario para la obra de ballet, estaba también muy cerca del De Russie, prácticamente «a la vuelta» sobre la Via Margutta.

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Picasso se había vuelto fan de las naranjas del jardín secreto del hotel

«El estudio de Picasso en Roma, donde diseñó el vestuario para la obra de ballet, estaba también muy cerca del De Russie, prácticamente «a la vuelta» sobre la Via Margutta.»

Para conmemorar los cien años de la estadía de Picasso, el hotel De Russie, organiza una muestra que empezó este 12 de octubre (es hasta el 19 de noviembre) y que está dedicada a las increíbles esculturas que Picasso realizó durante la Segunda Guerra Mundial. Un must arty obligado si visitan la ciudad eterna.

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La suite Picasso

«Para conmemorar los cien años de la estadía de Picasso, el hotel De Russie, organiza una muestra que empezó este 12 de octubre (es hasta el 19 de noviembre) que está dedicada a las increíbles esculturas que Picasso realizó durante la Segunda Guerra Mundial.»

 
El De Russie es considerado el mejor hotel de Roma. Cuenta con 88 habitaciones exquisitamente diseñadas y cada una con una identidad estética distinta, un bar y un restaurante (al frente está el prestigioso chef Fulvio Pierangelini) y un spa que es uno de los más completos de la ciudad. Pero como les decíamos, un cinco estrellas en serio también son sus historias y la magia que estas les imprimen. Y al De Russie, bien  lo podría atestiguar Picasso, no le faltan.