DE ENTRE RÍOS AL MAMBA, EN CARNE Y PLASTILINA


Luciana Laffite y Manuel Mendanha: Mondongo
 

Por Mercedes Villalba. Fotos y videos: Jacinto Freixas.

Después de casi diez años sin mostrar en el país el grupo Mondongo (Juliana Laffitte y Manuel Mendanha) vuelve con “Argentina”: dos pisos del MAMBA repletos de pintura, misterios, hilos y plastilina. Maleva recorrió la muestra a su lado mientras le contaban los secretos y las historias de las obras.
En esta primera sala son casi todos retratos, quería que nos contaran un poco quiénes son las personas retratadas
Los retratos de esta sala son todos de personas muy allegadas a nosotros. Está nuestra hija, nosotros [un retrato es de Juliana embarazada y otro de Manuel de chico], la madre de Manuel, Quique [el escritor Rodolfo Fogwill] y sus hijitos, que en esa época eran chicos pero ahora ya son grandes.

Juliana Laffite embarazada, en hilos de algodón sobre madera
 
¿Cómo es el proceso para hacer estos cuadros de hilo?Largo. Cada retrato toma más o menos dos años de trabajo en etapas porque el trabajo es pesado y bastante tóxico. El proceso empieza con fotos que sacamos nosotros y después transformamos en bocetos con la computadora. Después se empieza a hacer una base y se van sumando capas de hilos como si fueran transparencias de acuarela. A la vez es una técnica como la del impresionismo en la que si te acercás podés ver todos los colores por separado pero que cuando te alejás, tu ojo recompone la imagen en un todo.

Manuel
¿Los hacen entre ustedes dos o tiene un equipo que los ayuda?
No, los retratos de hilo los hacemos solos, entre los dos. Es un trabajo que no se puede hacer en solitario porque mientras unos va preparando los carretes de hilo con colores el otro los va colocando. No nos da el cuero para empezarlos y terminarlos de un tirón, por eso cada cuadro toma más o menos dos años de trabajo. El de nuestra hija, por ejemplo, lo empezamos cuando ella tenía cuatro años y lo terminamos cuando tenía seis.
 

 
¿Cómo surge la idea de esta muestra?
La idea de esta muestra surgió cuando empezó a avanzar la serie de los paisajes y empezó a volverse algo enorme. Ahí decidimos que queríamos mostrarlo en Argentina antes que en cualquier otro lado porque sino es como que siempre trabajamos, trabajamos y las cosas se van y los nuestros, nuestros amigos, nuestra familia no pueden compartir nada de lo que hacemos. Además nos parecía que era un buen diálogo entre el paisaje y el retrato que son dos géneros como olvidados en el arte actual. Y después pusimos otras cosas para que se genere un diálogo todavía más complejo.
¿Y el nombre? ¿Por qué decidieron ponerle “Argentina”?Le pusimos Argentina de nombre porque nosotros somos de acá, acá nacimos y nos criamos. Y tomamos la decisión de quedarnos acá y trabajar desde acá, representando lo que nos rodea, pintando lo que vemos todos los días. Hasta el 2009 estuvimos trabajando casi nueve años sin parar, sin salir del estudio. Cuando finalmente tuvimos vacaciones fuimos al campo de unos amigos en Entre Ríos y ahi vimos el paisaje que inspiró los paneles de Paisaje.

 
Este retrato de Lucien Freud es el más antiguo de toda la muestra ¿no? ¿Sienten que cambió con el tiempo?El retrato de Lucian Freud hecho con carne ahumada es del 2002. También es el más antiguo de la serie que hicimos con carne. Sí, cambia, va mutando con el tiempo, es un cuadro vivo. La grasa adentro de la carne sigue trabajando y se va haciendo como más fantasmagórica la imagen, antes era más realista y ahora es más difusa.

 Lucian Freud en carne ahumada
¿Cómo hacen los cuadros de cera?
Los cuadros de cera los hacemos con plaquetas de cera derretida mezcladas con pigmentos. Después vamos pintando con un pincel arriba de la tabla, pero como la cera cuando está derretida es transparente (como si fuera agua) siempre tenés que saber de antemano con qué color estás pintando. De los materiales que usamos es el más rápido, casi instantáneo. Este cuadro, por ejemplo, lo hicimos entre los dos en una sola noche.

Tener un Mundo,  en plastilina
¿En una sola noche? ¡Qué noche!
Si, fue un placer… hace mucho que no trabajamos con cera.
 
«Cada retrato toma más o menos dos años de trabajo en etapas porque el trabajo es pesado y bastante tóxico.»
 
Las obras de la pared que son como vitrinas son muy misteriosas. Todas con puntos de fuga escondido, oscuras ¿A qué hacen referencia?Estas obras son como escapes, puntos de referencia para la vida en algún sentido. Son como anclajes que sentimos que en momentos como estos son necesarios para no sentirse, no sentirnos desvalidos. Entre ellas son todos distintas: algunas con la tecnología, otras con la ciudad, de vuelta con la naturaleza. Todas tienen un asidero real que no es relevante. Por ejemplo, esta está basada en los espacios un poco siniestros de lo religioso.
¿Cómo las catamcumbas o las catedrales?Sí, no son necesariamente lugares reales, aunque estén inspiradas en cosas que vimos.
¿Nos pueden contar un poco sobre la obra de las monedas?Esta obra está inspirada básicamente en una charla con Fogwill. Hicimos una obra que estaba basada en el dólar que era una cama de clavos como fakir tejida con hilo de plata, a raíz de esa obra empezamos a hablar del dinero y de distintas facetas del mismo y Fogwill nos prestó un libro sobre el traspaso del dinero de metálico a papel y el sentido del monetarismo. Y nos pareció que era un tema interesante. Nos llevó mucho tiempo hacerla porque no tiene estructura que la sostenga, la sostienen sólo las monedas que están pegadas entre sí.

«Argentina» realizada con 100.000 monedas (¡!) de 10 y 5 centavos
¿De dónde sacaron tantas monedas?
Fuimos recolectando monedas de diversas maneras, cambiando plata, juntando monedas enloquecidos. Son todas de 10 y 5 centavos y es curioso que el valor nominal de estas monedas es muy inferior al valor del material de la moneda. Y pensá que ya casi desapareció, que casi no se usan. Llegamos justito antes de la Sube.
Paisaje (2009-2013)
Mientras subimos en el ascensor al segundo piso, un ascensor enorme, nos comentan que cada panel que compone la obra Paisaje pesa entre ochenta y cien kilos. “Imaginate subir esos paneles si no hubiéramos tenido este ascensor” dicen. La sala del segundo piso del Museo está ocupada por la obra, hecha con quince de esos paneles, cada uno de tres metros de ancho y dos de alto. Están montados uno detrás de otro dando en una vuelta de casi 360 grados a la sala, iluminados desde arriba. Es un paisaje imponente, inmenso, que empieza con la imagen de unos árboles putrefactos y termina en la orilla de un río.

Paisaje de Entre Ríos, materiales diversos y plastilina
Mientras nos acercamos a la sala nos cuentan cómo hicieron los paneles:
El proceso de hacer estas piezas es muy largo también. Al contrario que con las piezas de hilos, en estas sí tenemos un grupo de gente que nos ayuda que nunca pasa de siete personas con nosotros. Cada panel tiene varias capas de muchos materiales: metal, telgopor u otras cosas que hacen la estructura. Después empezamos a cubrirlos con plastilina. La plastilina es un medio oleoso, aceitoso, así que hacer estas pinturas es muy parecido a pintar al óleo, pero tenés la posibilidad de agregarle volumen y de trabajar distintas texturas para cada superficie.
 

«Le pusimos Argentina de nombre porque nosotros somos de acá, acá nacimos y nos criamos. Y tomamos la decisión de quedarnos acá y trabajar desde acá, representando lo que nos rodea. pintando lo que vemos todos los días. Hasta el 2009 estuvimos trabajando casi nueve años sin parar, sin salir del estudio.»

 
Claro, cada ramita, cada cosa tiene una textura distinta.
Sí, y es un medio que da para aplicar muchas técinas de pintura juntas: puntitos de colores, dripping [chorreados], pinceladas. Nosotros consideramos que, al igual que las obras de hilos, son formas de pintura con otros materiales. En ese sentido, nosotros en este momento de nuestra carrera nos pensamos pintores.
¿Dónde empieza el recorrido de los paneles?Y, es más bien como una caminata. Pero nosotros unimos todas esas imágenes para que formaran un sólo paisaje, un sólo recorrido que se une entre todos los paneles. No son copias literales de los paisajes que vimos, pero sí están todos basados en pedacitos del paisaje que vimos en Entre Ríos. Sería imposible, si lo pensás, que el paisaje realmente empezara entre esos árboles y terminara a la orilla del río en tan poco espacio.
¿Ese es el río Paraná?No, el Uruguay. Ese día el río estaba particularmente bajo y la gente de ahí decía que era muy raro que se vieran esos charcos que parecían como espejos. Nos pareció increíble este paisaje, tan cargado y cíclico, donde las secuencias de la vida y la muerte se sucedes todos los años con las inundaciones.

 
 
Si te acercás a algunos paneles ves pedacitos que tienen figuras escondidas.
Sí, son indicios. Podés encontrar un cetro chaná o un par de zapatillas Topper, caras, calaveras. Todas cosas muy cargadas y que de alguna forma complejizan todavía más la imágen, te hacen pensar en qué significa ese paisaje, ese lugar en relación con nosotros, con nuestra historia. Con quiénes somos. Porque sino se piensa que la imagen natural es como pasiva, cuando a nosotros nos interesa todo lo que está pasando ahí adentro.
 

 
¿Y el señor que se asoma desde atrás de un árbol?Él es la única imagen humana que aparece en todos los paneles. Era un señor que existía, nos lo cruzamos caminando por el bosque. Él vivía solo ahí, con sus perros, en un lugar que era casi impenetrable. Un día fuimos a hablar con él y lo único que me dijo fue “¿Tenés cigarrillos?”. Nada más, no me volvió a dirigir la palabra. Pero se convirtió en una figura muy importante para nosotros, muy inspiradora. Y tratamos de representarlo con el mayor respeto posible.

La figura real e inspiradora de un hombre solitario que vive en el monte entrerriano 
 

Grupo Mondongo 2009-2013 curada por Kevin Power puede visitarse hasta el mes de Agosto en el primer y segundo piso del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), Av. San Juan 350.