BUENOS AIRES, A LO DANDY

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Hoy todos podemos – y hasta es sano – permitirse un sofisticado día a lo dandy

 

A LO Dandy. Por Tamara Tenembaum. Fotos: Jacinto Freixas.

El dandy representa un modelo de masculinidad interesante: en épocas donde el placer y la sensualidad se identificaban casi exclusivamente con lo femenino – mientras que lo masculino se vinculaba a la intelectualidad, la política y lo público en general – , los dandies reivindicaban una vida dedicada a la belleza y los sentidos. También generaban espacios donde los hombres abandonaban este lugar público para recluirse en lo privado, donde ciertamente se hablaba de negocios pero también de libros, música, mujeres, o simplemente se bebía en silencio, en soledad compartida.
Hoy que todo es más fluido, cualquiera, mujer o varón, puede permitirse un hábito o un momento de dandy: un rato después de la comida, una tarde libre, ¿por qué no caminar un rato mirando vidrieras y coronarlo con un cigarro o una medida de algo rico? Es sano y sin duda te desmorona los niveles del amperimetro del estrés. Por si te animás, te sugerimos un circuito para jugar a ser Baudelaire o Roger Sterling por un día.

«Como mujer (y ahora vuelvo a mis propias fantasías adolescentes con personajes de Oscar Wilde) siempre me resultaron intrigantes y atractivos los lugares exclusivamente masculinos: emblemáticamente, los clubes de caballeros. Hoy, por suerte, hay espacios que conservan la mística y el clima íntimo y severo.»

Almuerzo: Pain et Vin

Pocas cosas más decadentes (en el sentido en que los americanos usan decadent) que empezar el día almorzando, y nada menos que con una copa de excelente vino. El concepto en Pain et Vin es ese: una cava que abre para el almuerzo y la tarde, con opciones sencillas y deliciosas de pan, queso, sandwiches y ensaladas (la de quinoa y queso de cabra es una locura). Las opciones de vino son infinitas y cualquiera que encuentres te lo sirven por copa: el dandy elige y, si le gusta, se lleva la botella a su casa . El lugar está como en un ritmo paralelo respecto de la ciudad, ideal para un día indolente.

A la tarde: la avenida Callao

Mucha gente habla de la avenida Alvear, pero el dandy prefiere Callao, que cruza todos los paisajes de la capital, desde las librerías de Corrientes hasta las coquetas vidrieras de Recoleta, pasando por la hermosa arquitectura de los edificios de gobierno y los cafecitos del centro. Antes pasa por el local de Etiqueta Negra de Patio Bullrich, que da a la preciosa calle Posadas, acaricia algunas corbatas de seda (esas cosas se permite el dandy) y quizás se prueba un traje, que luego llevará al sastre para que le quede como hecho a medida. Ahí nomás se larga Callao abajo.

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Callao es la avenida preferida para alguien en sintonía dandy, aún más que Alvear

 
Otra parada obligada es Vasalissa, una de las chocolaterías más célebres de la ciudad. Porque un verdadero dandy no solo se nutre de placer, lo regala y lo milita, y siempre tiene alguna dama merecedora. Las cajas de bombones son elegantísimas y super sobrias, y el chocolate para taza es exquisito: as bajo la manga para cuando toca compartir un desayuno.

«Después de almorzar o de comer, o ni bien empieza a caer el sol, el dandy huye a uno de estos lujosos antros a encontrarse con sus semejantes. En Buenos Aires hay varias opciones: Pony Spirit, un espacio recientemente inaugurado como “anexo” al Pony Line, donde puede disfrutarse tanto de una espirituosa o cóctel premium como de un delicioso café, para maridar, si se gusta, con un puro.»

Llegando a Santa Fe, nuestro caballero pasa a saludar a Ligier y pregunta qué hay de nuevo: algún single malt que hace mucho que no llega a Buenos Aires y le recuerda (o le inspira) un viaje por Europa, un destilado exótico o un buen licor para mezclar. Es clave para el dandy tener su propia barra en casa, tan surtida como la de cualquiera de sus bares preferidos. Unas cuadras más y llega a otro clásico de Callao, Clásica y Moderna. Allí también pispea novedades, el nuevo libro del que todos hablan, o charla sobre sus preferidos con los experimentados libreros.

Cae el sol: puros y espirituosas

Como mujer (y ahora vuelvo a mis propias fantasías adolescentes con personajes de Oscar Wilde) siempre me resultaron intrigantes y atractivos los lugares exclusivamente masculinos: emblemáticamente, los clubes de caballeros. Hoy, por suerte, hay espacios que conservan la mística y el clima íntimo y severo pero que admiten mujeres, aunque probablemente las que se animen sean pocas. Después de almorzar o de comer, o ni bien empieza a caer el sol, el dandy huye a uno de estos lujosos antros a encontrarse con sus semejantes. En Buenos Aires hay varias opciones: Pony Spirit, un espacio recientemente inaugurado como “anexo” al Pony Line, donde puede disfrutarse tanto de una espirituosa o cóctel premium como de un delicioso café, para maridar, si se gusta, con un puro. El lugar es silencioso, tranquilo, y definitivamente una reversión moderna de este tipo de bares de spirits, más estilizado y menos ampuloso.
Los verdaderos dandies son expertos fumadores de habanos: si querés ser dandy por un día y nunca probaste, el consejo de esta cronista es que compres una caja y practiques en casa, idealmente con un amigo fumador. No es tan fácil como parece. Otra opción, más tradicional, es el cigar bar del Alvear Palace Hotel. Abierto desde 2009, ofrece además de bebidas y cigarros con una selección de chocolates para maridar: combinación imperdible, en uno de los edificios más hermosos de Buenos Aires, recuerdo vivo y renovado de la ciudad que quiso ser la París de América Latina.

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La entrada al cigar bar del Alvear Palace Hotel

«Pero nuestro dandy es muy moderno, y hasta canchero: se nutre de formas y géneros de todas las épocas, de todo lo que encuentra para disfrutar. Por eso termina su noche en algún local estilo Thelonious, en Palermo, intentando vislumbrar a la nueva promesa del jazz antes que nadie, de parado, tomando un gin tonic y picando alguna cosa.»
 

Cierre: jazz night

Pero nuestro dandy es muy moderno, y hasta canchero: se nutre de formas y géneros de todas las épocas, de todo lo que encuentra para disfrutar. Por eso termina su noche en algún local estilo Thelonious, en Palermo, intentando vislumbrar a la nueva promesa del jazz antes que nadie, de parado, tomando un gin tonic y picando alguna cosa. Solo o acompañado: un caballero (o dama, digámoslo ahora) en paz consigo mismo corona un día de puro placer de cualquiera de las dos formas.
OCHO PARADAS OBLIGADAS DE UN DANDY PORTEÑO VERSIÓN 2014:

  1. Pain et vin 
  2. Avenida Callao (de las librerías del alto hacia el bajo de Recoleta)
  3. Local de Etiqueta Negra de Patio Bullrich
  4. Vasalissa (porque el dandy siempre tiene alguna chica merecedora de bombones)
  5. Ligier de Santa Fé y Callao
  6. Librería Clásica y Moderna
  7. Pony Spirit en el Four Seasons
  8. Cigar Bar del Hotel Alvear

 

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Los sillones del cigar bar del Alvear

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Un dandy ojea este tipo de vidrieras del centro porteño

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Como es un canchero, un buen lugar para terminar una noche de dandy es la barra de Thelonious, escuchando jazz

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Dandy es sinónimo de cigarros

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Y pasa a comprarle unos bombones a su chica