ASÍ FUE LA SUBLIME NOCHE DE BODEGAS 2015 EN EL PALACIO DUHAU PARK HYATT

maleva 17
El espectacular parque escalonado del Palacio Duhau Park Hyatt

 

Así fue la sublime Noche de Bodegas 2015 en el Palacio Duhau Park Hyatt. Por María Paz Moltedo.

«Luxury is personal» decía el brazalete dorado que recibimos todos los invitados del Masters of Food & Wine antes de subir las escaleras de entrada al Palacio Duhau – Park Hyatt. Esas tres palabras sirvieron como bautismo de la insignia de la noche: el libre albedrío; cada metro una estación de placer, en los jardines más elegantes para maridar el sabor de los mejores vinos, con la comida más sofisticada y exquisita. Una nueva Noche de Bodegas, que ya es todo un clásico con características inconfundibles.
En el Palacio Duhau Park Hyatt, el ágape del jueves 23 de abril fue apto para las primeras 300 personas que se aventuraron a reservar su entrada. Una noche fresca, con destellos luminosos por todas partes. Al entrar, a cada invitado se le acercaba una copa de perfecta estructura: el pasaporte para disfrutar all night long, como diría la canción. Tras pasar los primeros árboles de la noche, se abrió imponente la fachada del Palacio: luces amarillas y doradas bailando por las paredes, iluminando aún más las sombrillas que albergaban a las bodegas más deseadas de Argentina: Luigi Bosca, Catena Zapata, Piatelli, Casa de Uco, Colomé, Altavista, El Esteco, Familia Zuccardi y Rutini. Todas ellas presentaron vinos selectos, atractivos y originales, lo que se combinó con grandes creaciones gastronómicas que se dispusieron en varias mesas a lo largo del parque escalonado y las terrazas.
maleva 5

«Al entrar, a cada invitado se le acercaba una copa de perfecta estructura: el pasaporte para disfrutar all night long, como diría la canción. Tras pasar los primeros árboles de la noche, se abrió imponente la fachada del Palacio: luces amarillas y azules bailando por las paredes, iluminando aún más las sombrillas que albergaban a las bodegas más deseadas de Argentina: Luigi Bosca, Catena Zapata, Piatelli, Casa de Uco, Colomé, Altavista, El Esteco, Familia Zuccardi y Rutini.»

Esta noche estaban todos aquellos que realmente saben disfrutar. Camisas hawaianas convivían con hombres de traje con pañuelo de bolsillo colorado, algunas mujeres con sombreros negros de terciopelo y camperas de cuero dorado, otras, de negro entallado y otras de blanco resplandeciente. Todos parecían sentirse como en casa.
El espíritu gastronómico de las joyas del Palacio se hizo notar: Gioia, Duhau Restaurante & Vinoteca y Piano Nobile dispusieron mesas con delicias que iban desde cocina argentina sofisticada, y comida italiana hasta dulzuras de todos los colores, texturas y sabores a cargo de Damián Betular, el jefe pastelero.  El paseo se inauguró con sandwiches de bife de chorizo en pan de queso y pan de orégano y tomillo, salpicados con increíbles salsas. El sabor italiano quedó plasmado en una amplia mesa de fiambres exquisitos, y un rissotto de hongos de pino y portobello que descansaba en una horma de queso parmesano gigante. También frente a una pileta iluminada de amarillo, chefs sonrientes ofrecían tortillas de maíz con pavita, salsa tártara y salsa a base de whisky Chivas y merluza negra con puré de coliflor ahumado y salsa de gremolata. Los mozos bordeaban la pileta con una cadencia que generaba una ilusión óptica: parecían levitar sobre el agua.

1375173_10152105182952635_1083920567074772198_n
Cada una con su mesa, las bodegas presentaron sus vinos más sofisticados e interesantes

«También frente a una pileta iluminada de amarillo, chefs sonrientes ofrecían tortillas de maíz con pavita, salsa tártara y salsa a base de whisky Chivas y merluza negra con puré de coliflor ahumado y salsa de gremolata.»

Así, intercaladas entre el verde de este parque mágico y el dorado de las luces, las bodegas daban su show: Las antológicas Luigi Bosca, Rutini y Catena Zapata,  daban a conocer blends de diferentes terruños y presentaciones inéditas. Un grupo reducido pudo disfrutar minutos antes del inicio de la Noche de Bodegas una degustación de los emblemáticos DV Catena y Angélica Zapata en copas de plata creadas por el orfebre Marcelo Toledo, en un exquisito homenaje a Baco.
Colomé, la bodega más antigua de Argentina, sacó a relucir los secretos de sus vinos biodinámicos, que se elaboran siguiendo sigilosamente los ciclos de la Luna; Casa de Uco, contó sobre su capacidad de cumplir el sueño de varios: tener una barrica de 300 botellas de vino con una etiqueta y composición totalmente personalizados. Luigi Bosca, por su parte, presentó vinos también muy sofisticados e interesantes, la mayoría blends, entre los que se destacaron el Gala 3, un blanco sobrio y elegante, logrado con cepas Viognier-Chardonnay-Riesling y un potente tinto, el Gala 2, que combinó Cabernet Sauvignon-Cabernet Franc-Merlot. A su vez sorprendió con un  Gewürztraminer,  que es un vino de color amarillo oro, complejo y sofisticado. 

maleva9
Las distintas estaciones gastronómicas, con propuestas gastronómicas de primer nivel y a cargo de chefs profesionales, fueron un deleite para el paladar

«Un grupo reducido pudo disfrutar minutos antes del inicio de la Noche de Bodegas de una degustación de los emblemáticos DV Catena y Angélica Zapata en copas de plata creadas por el orfebre Marcelo Toledo, en un exquisito homenaje a Baco.»

Todos, desde su experiencia y pasión por el vino, servían felizmente copas y copas a todo el público, compuesto por expertos en varietales y viñedos, e improvisados que simplemente adoran la vid, y preguntaban: ¿Cuál vas a probar? Ah, yo quiero ese también. 
Subiendo las escaleras, las propuestas seguían en un nivel muy alto: mesas con fuentes de hielo y ceviche de langostinos, bruschettas de jamón crudo y pasta de olivas negras, salmones de diferentes tipos marinados con naranja, vino y hierbas. 
Sweet dreams are made of this, sonaba en el ambiente. Entre las charlas y risas, algunas clamaban frases célebres como Las chicas son muy enamoradizas o Te saco una foto ¡Estás bellísima!. Una chica pasó contenta con un ramo de flores, mientras un saxofonista improvisaba melodías como summertime bajando las escaleras. Subir al palco y ver todo desde arriba era la experiencia cúlmine. Todos necesitaban llegar a esa cima, observar, tomarse algunas «selfies» y prepararse para el descenso. Bajar las escaleras también era una experiencia bella; entre copa y copa, sonrisas, y flashes, la sensación era la de ser protagonista de una película europea o de una escena de la Bélle Époque porteña, que en las escalinatas del Duhau aún persiste.

maleva 3
También hubo lugar para sentarse y charlar relajados, entre brindis y brindis

 

«Sweet dreams are made of this, sonaba en el ambiente. Entre las charlas y risas, algunas clamaban frases célebres como ‘Las chicas son muy enamoradizas’ o ‘Te saco una foto ¡Estás bellísima!’. Una chica pasó contenta con un ramo de flores, mientras un saxofonista improvisaba melodías como Summertime bajando las escaleras.»

La noche avanzó con armonía, con ese espíritu de estar «flotando», simplemente disfrutando, y así llegó a su fin, entre cafecitos de Nespresso y botellitas de agua Gota. Como en una alegre procesión, los invitados fueron despidiéndose de la celebración y dejando sus copas. Algunos se habrán llevado anécdotas, números de teléfono e increíbles instantáneas como souvenir. Lo que todos nos llevamos sin dudas, es la agradable dicha de haber vivido una noche chispeante y fuera de lo común, que logra apagar cualquier tipo de pensamiento que no esté relacionado al placer. ¡Hasta el próximo Masters!
 

 

maleva10
maleva4
maleva 7